sábado, 11 de mayo de 2013

Benjamín, mi primer retoño de madera


¡Y al fin puedo decir que mi proyecto, mi ansiado muñeco, mi niño raro o mi hijo reciclado está terminado!
Perdonar por este ímpetu, queridos artistas, pero es que me ha resultado cuanto menos difícil poder prolongar la espera para poder mostraros lo que vengo anunciando al principio de esta entrada a modo de introducción… y es que puedo decir orgullosa que mi muñeco reciclado ya está terminado.
Quizás muchos lectores no comprendan la alegría que caracteriza las líneas que definen la descripción de este artículo, pero no os preocupéis porque enseguida os ofreceré una explicación razonable que os aclarará vuestras dudas.

Este muñeco que a continuación os mostraré adjuntando las siguientes fotos, es lo que al principio de la apertura de este blog de arte, os vine anunciando que quería elaborar y así mismo éste marca y concluye mi cometido a lo largo de la asignatura, por los motivos que en los siguientes puntos redactaré.
El muñeco reciclado, lo he bautizado con el nombre de Benjamín, nombre hebreo que viene a decir que su etimología fundamenta que los de este nombre son de naturaleza emotiva, perseverantes e hipotéticamente de profesión dibujantes, de pensamiento práctico… sin darle muchas más vueltas el nombre en sí me gustó y por el hecho a demás de no premiar a mi hijo de madera y arcilla con un ocurrente nombre…

Las bases que me han inspirado a realizarlo de esta manera y no de otra, es que la idea fundamental que persigo,  consiste en ejemplificar metafóricamente el carácter de un niño que aprende del mundo las cosas buenas, velando por ellas mismas evidenciando que las personas adultas, docentes y tutores, debemos salvaguardar la conciencia natural y humana de los niños que en un futuro serán los encargados de administrar y suministrar las buenas acciones en el Planeta, haciéndoles partícipes de una cultura responsable de cuidado y bienestar de la Naturaleza y la sostenibilidad general del planeta en el que vivimos… Y aunque esto haya parecido demasiado filosófico y trascendental, no es más que mi manera de pensar y recrear este pensamiento dándole forma y creando a este muñeco llamado Benjamín (al cual podréis encontrar en las inmediaciones de la entrada principal de la Escuela Universitaria de Magisterio de Zamora, apoyado sobre una mesa, vigilando todos los movimientos que realizan los estudiantes en su tránsito por la misma y a otros espectadores curiosos de poder apreciar esta humilde creación.)

Como podréis apreciar, el  uso de los materiales es 100% reciclado y de bajo coste ya que para su elaboración he empleado el uso de un trozo de leña para hacer la cara de Benjamín (haciendo un guiño al uso de un trozo de madera como en la película Pinocho, para crear a mi hijo sin conciencia al que nosotros como futuros maestros deberemos concienciar…) A su carita de leña, le he añadido diferentes artículos de ferretería (ganchos para simular las orejas, chapitas de plástico para referenciar sus ojos, un abridor metálico que forma su nariz y diferentes prendedores unidos a una goma elástica moldeable, para poder manejar la expresión de Benjamín, haciéndole parecer en ocasiones contento y en otras enfadado…al igual que sus cejas, que ya he descubierto que diferentes alumnos de la escuela le han puesto en su expresión las cejas metálicas hacia abajo, dándole una apariencia malhumorada… y por último clavos de acero para darle consistencia a su pelo y simular un peinado de aire moderno… éste último algo peligroso, ya que a punto estuvo de pincharme en un tropiezo cuando lo trasportaba a la Universidad)
Por otro lado, los diferentes materiales que he empleado son: dos cajas de galletas Butter Cookies, pegadas en sus partes superiores, que han dado consistencia al tronco de Benjamín; cartón pluma perforado a mi gusto y después pegado con cola blanca, para crear sus piernas, además, de dos grandes placas de aluminio moldeadas para formar sus brazos doblados.. (Algunos de los nombres de los materiales, quizás no sean científicamente correctos en su totalidad, ya que muchos de ellos, casi los desconozco y los encontré rebuscando en el garaje de mi padre) Finalmente lo recubrí todo el cuerpo (excepto la cabeza) con una pasta modeladora de arcilla blanca, que podéis encontrar en cualquier papelería y que ya la conocía de antemano, porque la he utilizado para hacer alguna que otra escultura o adorno…y fui moldeando algunas partes de la ropa (camisa, corbata y pantalón, zapatillas…) para darle un aspecto más realista y vanguardista.
 A éste por último le añadí una pequeña pelota del globo terráqueo y se la pegué a sus manitas, para simular la Tierra.
Una vez que todo se secó, lo pinté cuidadosamente con pintura acrílica y pinturas de aerógrafo, usando colores acordes con la personalidad de Benjamín y realizando detalladamente algunas sombras para indicar algunos pliegues en la ropa del mismo.
Y…poco más que añadir, mejor os dejo estas fotos que de un modo gráfico os ayudarán a comprender mejor como fue el proceso de elaboración de “Mi NIÑO RARO”




















No hay comentarios:

Publicar un comentario